Ya se van al cielo, ya se van a los cielos los peces, sus gritos, sus aleteos. El ritmo de la ausencia, que no saben que no sabía de estos estados de agua, despacio, sólidamente los besos se diluyen sobre la pared, despacio, no deja de ser blanca, ella, mi frontera, tanta agua. El sol, el sol empieza a caer y este aire de carnicería desciende a los dientes de mis ojos. Deseo desciende sobre toda mi extensión, las vías sinuosas de las palabras de agua de tanta de más agua de tanta.
Si aspiro a este momento en que me doy tierno colesterol, si relevo todas esas selvas vendavales, si vienen a salvarme las gotas de sudor. Verano geométrico, verano distante. Sigue mi pequeña conciencia el nado de su pequeña conciencia. Puede ser que se abra una ventana, puede ser que module un trébol el movimiento de dos pestañas. Hilando fino los miembros de mi cuerpo, tiendo a cuerpo descuerpo mientras voy cosiendo las cortinas transparentes de la piel, entre las aguas, tanta agua tanta. Bebo la sangre, bebo mi sangre, bebo la sangre de los que respiran gracias a un árbol. Y el agua, ya vuelven, ya vuelven los espejos, la presencia, peces que levantan la mano antes de hablar.
Si aspiro a este momento en que me doy tierno colesterol, si relevo todas esas selvas vendavales, si vienen a salvarme las gotas de sudor. Verano geométrico, verano distante. Sigue mi pequeña conciencia el nado de su pequeña conciencia. Puede ser que se abra una ventana, puede ser que module un trébol el movimiento de dos pestañas. Hilando fino los miembros de mi cuerpo, tiendo a cuerpo descuerpo mientras voy cosiendo las cortinas transparentes de la piel, entre las aguas, tanta agua tanta. Bebo la sangre, bebo mi sangre, bebo la sangre de los que respiran gracias a un árbol. Y el agua, ya vuelven, ya vuelven los espejos, la presencia, peces que levantan la mano antes de hablar.
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