sábado, julio 14, 2012

dedicado a la cangreja y a la reptila.
y a la fogata donde quemamos a dios.

estás sucia, pero chatito patí,
un día verás: las horas no tendrán noche
y tu corazón será una bebida larga, tenue,
bajando por la garganta
/ decime si ese momento no es hoy /
/ no sé cómo sentirme, no sé cómo habríamos de sentirnos /
será el instinto de supervivencia
tentar al destino así
con el áspero alcohol que quema los ojos,
pero casi sospecho que sos feliz
¿cómo podés?
cerrá la ventana
/ no malflashees /
no te quiero decir nada
y si pudiera decir algo, diría:
sólo quiero ver la costura del tren que te lleva,
nada nos une y nos une todo
temerosamente

/ habrá que comenzar una vez más /
/ decime si ese momento no es hoy /

se me cae el cielo de las manos
y la cornisa soy yo

la verdad es que siempre quisiera fumar así

lunes, julio 02, 2012

dosis

por supuestísimo que dedicado a mi gurú, RR


I.

mi dosis menor es comer
de lo que hay el cuerpo, del camino su holograma y hueso.
el hambre se subyuga a la luz de mi estremecimiento.

II.

no me des sino la revelación estérea
de lo que ensucio mientras punteo la herida:

todos estamos quebrados, decís.

III.

te desmenuzo en cada tela y en cada océano
con la fuerza que queda de cualquier baldío, mi reino de baldíos.
brilla ahí mi corazón, ¿lo ves?
tiene forma de diapasón, tiene fuerza.

IV.

soñé con tus escamas, soñé que te lamía y se cerraba el sol.
los ojos se me abrieron en una oscuridad sin precedentes: cada parte de mi cuerpo sudaba cual rompecabezas, a la deriva yo, a la deriva.

armate, pero antes desarmame, decís.
mordeme con un abrazo.

V.

no tengo más que mi propio peso,
mis noches son mis noches y tu sombra es un color inasible, te tiñe la boca.

VI.

mi animal, querida, el invierno no es para cualquiera,
el invierno es te giro adentro de mi corriente eléctrica, dormite así,
brilla ahí mi corazón, ¿lo ves?
dormite así, con la luna detrás de lo que no hay, excepto el voltio,
y si lo ves es porque te toca, mi animal, querida,
emborrachate conmigo: parece que los vientos se disipan.

VII.

intuyo tu piel especular,
dale arriba en tu manso infierno: ésta es mi dosis, escribo y te digiero.