Se olvidó de doblar el mantel en ocho partes y por eso fue castigado. Qué no hicieron por hacerle sentir que era un tallo encerrado en un cubículo de tierra seca. Qué no hicieron por mal interpretarlo: él sólo quería mirar a las miguitas saltar. Una persona con tan buenos sentimientos apenas si merece que le regalen un chocolate. Es lo mínimo que se merece. Por favor.
- Josesito, José, las penas se las lleva el viento… josesito josé…
Ni bien se recuperó de su primera caída, abrió los brazos.
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