jueves, septiembre 06, 2007

Affetuoso

El magma perverso
de un inconsolable destello

En el jardín de unos pocos principios había la luna y había los labios, había la inquietud de todo mi cuerpo que es la infinitud de todo mi cuerpo.

Y lo que transcurre en ese tiempo es el beso de los brazos, un incendio fugaz en medio del cielo oscuro, una noble esperanza de volver a dormir electrizada, brillante maullido de unos largos poemas, poemas animales.

Las campanas suenan en el sur.
Y todo el norte ronronea.

1 comentario:

betina dijo...

quiero campanas al sur y ronroneo al norte
(quiero encontrar palabras para decir, como las que encontrás vos, píscica)