lunes, febrero 19, 2007

En mi chasis de piel
despierta una gata madrugada

Se sienta a la mesa, escupe, maldice,
semillas de uva por el frío vaso de leche
otra cosa dañina sería mejor
como raspar con la lengua la desventurada ocasión
de darnos los cuerpos

ay qué ofrenda de amor

Es oblicua pupila
que olfatea mi vértebra
y quiebra la sangre hasta nacer

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